Todos sentimos la necesidad de relacionarnos y convivir con los demás.
El hombre, es por naturaleza, un ser social, solo en casos excepcionales se aísla y vive en la soledad.
Pero, no solo convivimos con otras personas, porque nuestra propia naturaleza social, así no los pide, sino porque también necesitamos de la compañía y de los servicios que otros nos otorgan.
DESCUBRIMIENTO DEL OTRO
El descubrimiento del otro: pasa forzosamente por el conocimiento de uno mismo; por consiguiente, para desarrollar en le niño y el adolescente una visión cabal del mundo, la educación, tanto si la imparte la familia como si la imparte la comunidad o la escuela, primero debe hacerle descubrir quien es. Sólo entonces podrá realmente ponerse en el lugar de los demás y comprender sus reacciones. El fomento de esta actitud de empatia en la escuela será fecundo para los comportamientos sociales a lo largo de la vida. Así por ejemplo, se enseña a los jóvenes a adoptar el punto de vista de otros grupos étnicos o religiosos, se pueden evitar incomprensiones generadoras de odio y violencia en los adultos. Así pues, la enseñanza de la historia de las religiones o de los usos y costumbres puede servir de útil referencia para futuros comportamientos
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